Sobre los sueños no hay nada escrito
Juan Armando Epple
Despertó sobresaltado por la pesadilla: el Monstruo lo perseguía rojo de odio y estaba a punto de saltarle por la espalda. Se irguió un momento, miró a su alrededor y tornó a dormirse, tranquilizado por la familiaridad del entorno oscuro de su cuarto.
Era lo que esperaba el Monstruo para avanzar, esta vez en forma definitiva. Siempre se había sentido orgulloso de su disfraz de sombra.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario